De gastos hormiga y metas de ahorro.
Lo primero que debemos entender es que el dinero no se va a un solo lado ¡Se va a muchos! y lo peor es que muchos de los rumbos que toma son tan cotidianos que ni siquiera los notamos
He tenido la fortuna de tener un trabajo fijo en el cual he podido acceder a un par de aumentos, pero aun así muchas veces me encuentro “corto de dinero”, pese a que mi estilo de vida no ha cambiado radicalmente ¿Por qué sucede esto? Teóricamente debería estar cada vez más “sobrado” y ha sucedido todo lo contrario.
Un buen día decidí poner lupa a mis gastos durante una semana, no cambiaría nada, solo sería super meticuloso con la intención identificar el acumulado de gasto durante esta semana.
El primer gasto lo encontré a las 6am cuando llegaba al gym y rentaba una toalla en $5, ésta toalla era solo para secarme el sudor, por practicidad prefería usarla y dejarla en el gym, así que $5 por 6 días a la semana que voy al gym, se convierten en $30.
Segundo descubrimiento, gastaba demasiado en Starbucks, y ni siquiera para tomar café si no para tomar té, me di cuenta que en una semana fui 3 veces, gastando en promedio $62 por visita, equivalente a $186 a la semana.
De los 5 días laborales hubo 2 días que no traje comida a mi trabajo y pese a tener una buena variedad de comidas económicas dentro y en los alrededores de la plaza donde trabajo, optaba por pedir comida por UberEats o Rappi, lo que me generaba un costo inflado de los alimentos y un cargo por envío, ticket total por esas dos comidas $320.
Adicional, en la misma plaza donde trabajo hay un local de nieves de Yogurt que todos los jueves tiene una promoción de 2×1 y para nosotros los oficinistas es casi una ley tener que ir y aprovechar la promoción. Si bien el 2×1 hacía que fuera más barato, había veces que yo invitaba a alguien mas de la oficina, por lo que aquí encontré otro gasto de $60.
Durante las tardes, previo a la hora de salida siempre sentía ganas de algún “antojo” por lo que decidía comprar algo en la máquina expendedora, no siempre fue lo mismo durante esos 5 días, pero si podemos promediar eran alrededor de $14 por día, dando un total de $70 a la semana.
Estos gastos para mi son comunes y ni siquiera los contabilizaba normalmente, incluso omití los gastos de los tradicionales “martecitos” y “juevecitos”. Solo me enfoque en una semana regular.
Y bien, mi total de la semana fue un gasto de $666, ahora imaginen que esos hábitos se lleven a cabo durante todo el mes, mi total de gasto al mes sería de $2,664 y si lo llevamos de manera anual se convierte en $31,968, es decir prácticamente un viaje a la Riviera Maya para dos personas ¡Y hasta me sobraría!
¡Qué impresión! ¿No? Estos gastos se le conocen como gastos hormiga y son gastos que definitivamente no son indispensables y que pueden recortarse con cierta facilidad.
Mis aumentos se estaban yendo en cosas banales que no se estaban quedando conmigo, ni les estaba sacando un provecho tangible. Por qué no llevar mi propia toalla al gimnasio, o comprar yo mi propio té y prepararlo en la oficina como a mi me gusta, incluso organizarme un poco mejor la noche antes de ir a trabajar y llevar mi propia comida al trabajo.
A veces habrá que pedir comida ¿Por qué no optar por echar un ojo a las opciones que se encuentran dentro o en los alrededores de la plaza donde trabajo?¿Es realmente necesario y saludable comer de la máquina expendedora todos los días?
Lo que es una realidad es que los gastos hormiga suelen evolucionar y me refiero a que es posible que nos deshagamos de algunos, pero fácilmente podemos incurrir en otros, por eso es muy importante identificar a dónde se va nuestro dinero y tener metas de ahorro.
Yo con una semana tuve para identificar a dónde se estaba yendo mi dinero y creanme que llegué a la conclusión de que se va en las pequeñas cosas.
¿A dónde se va el tuyo?