En los últimos días, dada la pandemia mundial ocasionada por el covid-19, el concepto de homeoffice ha sido una conversación recurrente. En México, esta modalidad que te permite trabajar a distancia se ha oficializado en la Ley Federal del Trabajo, sin embargo no todas las empresas lo ofrecen en sus prestaciones.
Personalmente no había tenido la necesidad de tomar este esquema… lo había hecho por mera comodidad (a pesar de que la empresa en donde trabajo lo maneja desde el 2016). Hoy, trabajando desde mi casa y en distanciamiento social por cuestiones de salud, me he cuestionando los pros y contras que conlleva.
Los contras son fáciles… trabajar en casa aumenta la posibilidad de distraerse, la conectividad de internet puede no ser tan rápida y el refrigerador con mi comida favorita está a sólo unos pasos de distancia. Pero, ¿los pros? ¡Los pros son mucho mayores!
Empezando por lo cualitativo: mi productividad ha crecido, mi concentración pudiera decir que se ha duplicado y he podido trabajar en mis habilidades de administración y priorización. Evidentemente, también hay beneficios cuantitativos y como buen analista, me puse a medirlos.
De entrada no tengo que trasladarme, entonces los gastos de gasolina son mínimos y/o nulos. Si el tanque de mi auto se llena con $800 pesos y me permite transitar aproximadamente 400 kilómetros, quiere decir que cada km me cuesta $2 pesos. Si la distancia entre mi casa y mi trabajo es de 10 kilómetros, entonces cada día gasto $40 pesos en transportación. Hay que considerar que mi presupuesto es mucho menor que en otros casos, conozco compañeros que transitan entre 25 y 40 kms diariamente, lo que conlleva un gasto de entre $100 y $160 pesos diarios. Mensualizado, este gasto oscila desde $800 hasta $3,200 pesos.
Tampoco tengo que gastar en salidas a comer o comidas en la oficina. Dada la cuarentena, me prepare con un super que me permitirá comer al menos 14 días. El ticket fue de alrededor de $1,200 pesos lo que equivale a alimentos diarios por $85 pesos (que incluyen desayuno, comida y cena), ¿tú cuánto gastas en una comida entre semana? ¿entre 150 y 250 pesos aproximadamente? Comer en tu casa te permitiría ahorrar entre $1,300 pesos y $3,300 pesos mensuales.
Además, desde que pusieron un local del café de la sirenita en el parque corporativo donde trabajo, semanalmente paso unas 3 veces por una bebida que me cuesta en promedio $60 pesos. Esos $720 pesos mensuales de “gastos hormiga” me saben mucho mejor cuando me los preparo en mi cafetera casera, a mi entero gusto y satisfacción (¡y mucho más barato!).
Sumando las medias del gasto de transporte y comida, más los gastos hormiga, calculé un ahorro mensual de $5,000 pesos. ¡CINCO MIL PESOS! Eso quiere decir que al final del año podría comprarme una super pantalla de 80 pulgadas o un viaje por latinoamérica todo pagado… WOW.
Recuerdo que antes de que fuera una necesidad, el homeoffice me parecía más como un premio que te permitía tener una mejor calidad de vida y una agenda mucho más equilibrada, y después de analizar los beneficios económicos, creo que el premio es aún más satisfactorio. Lamentablemente, ésta no es una realidad que todos podemos disfrutar ya que no todos los puestos en una compañía se prestan para este tipo de esquemas. De hecho, muchos empleos mexicanos carecen de la formalidad que una empresa consolidada puede ofrecer.
Aunado a esto, y viendo cómo ha evolucionado el Covid-19 en otros países, la situación económica del país va a pasar por momentos MUY difíciles. Creo que es el mejor momento para ser solidarios con todas las personas cuyo ingreso económico se verá limitado. Estas son personas de la tercera edad que trabajan como empacadores, o aquellos que trabajan como meseros, cocineros y personal que atiende nuestros restaurantes favoritos, por solo mencionar algunos.
¿Y si en lugar de gastarnos el ahorro por home office, lo compartimos? En una situación normal, trabajar 20 días al mes de homeoffice es casi imposible, pero 2 días al mes no suena descabellado. Esto es el 10% que equivale a $500 pesos. Con esos $500 pesos mensuales, ¿qué harías para ayudar a alguien? ¿cómo los pondrías a “trabajar” o a invertir para hacerle más llevadero este tiempo a algún amigo o compañero? ¿cuánto te costaría desprenderte de ellos y cuánto significa para el otro?
No sé, piénsalo. Ahí me cuentas cómo te va en tu homeoffice, ¡cuídate mucho!