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De dinero y equidad: Cuando lo tuyo es mío y lo mío…?

Escrito por: Ingrid Bueno
Publicado por Ingrid Bueno el 28 agosto, 2018
Categorías
  • Pareja
Etiquetas
Reading Time: 3 minutes

La semana pasada en mi juevesitos con amigas llegó B, mujer de veintitantos con una carrera en ascenso, muy indignada.

B: Acabo de tener un pleito con M(novio), resulta que llegue a la casa y estaba tirado en la cama viendo Netflix.

*mirada confundida de toda la mesa*

B: tipo, imaginen que llegas de trabajar ¡8 horas! y él no se ha movido de donde lo dejaste. Sé que yo asumí mantener la casa mientras siga estudiando y entiendo que está de vacaciones, pero quiero verlo moverse, buscar opciones, lo que sea, me molesta verlo sin hacer nada mientras que yo me la parto trabajando.

Ante la aún confundida mirada de todas en la mesa, pues hasta donde nosotras entendimos el trato desde que se mudaron juntos estaba claro B sería la proveedora mientras que M terminaba la carrera, nuestra amiga siguió justificando su discusión y cerró con un último comentario que no me dejo dormir.

B: pero cuando nos casemos va a saber lo que se siente.

Al siguiente día, en la mesa del comedor de la oficina, se me ocurrió preguntar a los que ya viven en pareja cómo administran las finanzas en su casa.

La primera reacción de todos fue incomodidad y recordé que parte de lo que estamos haciendo es entender por qué nos cuesta tanto hablar de dinero.

Después de un largo silencio el primero que se animó fue A. Un Godín respetable que vive con la mamá de su hija y que, aunque no ha firmado ningún contrato, para todo fin práctico está casado desde hace 2 años.

A: Desde que nació mi bebé, G(esposa) y yo nos mudamos juntos y decidimos que todo mi dinero se iría a la casa, la comida, gasolina y otros gastos grandes para mantenernos y que el suyo sería para las necesidades de la niña: pañales, ropa, doctor, etc. Pero lo que yo no entiendo es que G nunca ha querido decirme cuánto gana, mientras yo le entrego casi todo mi sueldo.

*mirada incrédula de toda la mesa* lekarna-slovenija.com

A: De verdad, calculo que gana más o menos lo mismo que yo pero no lo sé, ella dice que yo no tengo porque saber y que su dinero es suyo. Además hace poco discutimos, porque ella espera que dividamos a partes iguales el trabajo de la casa, cosa con la que estaría de acuerdo, pero cuando a mi se me ocurrió decirle que dividamos igual las obligaciones de los pagos, me dijo muy ofendida que no era justo porque yo tenía la responsabilidad como hombre de mantener a la familia.

Luego de estas dos conversaciones empecé a preguntarme; ¿Acaso los hombres no sufren también los efectos de la brecha de género financiera?¿Es justo que ellos históricamente carguen con una responsabilidad por decreto y no por elección? ¿Qué pasa con las parejas donde ella gana más? y ¿Por qué ELLOS no están hablando de este tema?

Las desventajas que las mujeres enfrentamos en el mundo laboral son una realidad (y tema para un artículo mucho más extenso), pero sí algunas tenemos la oportunidad de no ser parte de la estadística, ya sea ganando igual o incluso más que nuestras parejas, por qué no asumir un rol más relevante en las finanzas del hogar, con igual responsabilidad y sobretodo con orgullo de nuestro poder adquisitivo.

*Dato extra: en la generación de los millenials, las mujeres que tienen un mayor ingreso en su casa son el 30%. 

Es cierto que cada pareja tiene su receta para la administración de las finanzas, se las puede dictar el trabajo, el sueldo, la rutina, los horarios,  pero lo que no se vale es que lo dicte una costumbre. Necesitamos hablar de dinero con nuestro significant other, y no tenerle miedo a crear nuestra propia receta, que se adapte a nuestra pareja y a nuestras finanzas, al final del día lo importante es ser un equipo. 

En mi opinión, un paso importante para sanar nuestra visión del dinero es comprender que la lucha por la equidad también tiene que ver con asumir mayor compromiso financiero. Tal vez si nosotras dejamos de justificar el prejuicio de las finanzas, ellos dejen de justificar su falta de interés en la educación de los hijos o las tareas del hogar…o tal vez no…pero al menos nosotras estaremos siendo fieles a lo que predicamos cuando pedimos equidad.

Para quienes quieran saber el final de las historias: B y M hicieron las paces, él consiguió un trabajo de medio tiempo mientras sigue estudiando y la discusión ayudó a abrir la puerta para que ambos hicieran un presupuesto y hablarán de lo que esperan que cada uno aporte en la relación hoy y en el futuro. Por su lado A aceptó tomar más responsabilidades en la casa “para ya no discutir” pero dudo que sus finanzas en pareja mejoren pronto.

Y ustedes ¿cómo llevan sus finanzas, sus parejas o sus relaciones con el dinero?

 

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Ingrid Bueno
Ingrid Bueno
Periodista. Feminista. Entusiasta de una buena historia y un buen café. Actualmente trabaja en el área de Sustentabilidad y Responsabilidad Social de Banregio.

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